
Todo comenzó en un bar, ni que decir que los bares es un lugar de lo más normal para esto de los amoríos, nada original. Que quede claro que ella no quería conocer a nadie, pero de repente el juego de miradas comenzaba, y tirada a tirada, sin darse cuenta la partida avanzaba, llegando a la casilla del final.
Pues nada, a jugar. Ahora en el tablero de la realidad, de la vida, del día a día. Que si un mensaje, que si un audio, que déjame la puerta abierta, que me da igual que nos vean. Y la cosa parecía que fluía, la ilusión se respiraba en el ambiente, nadie pensaba que aparecería un obstáculo complicado de esquivar.
El juego duró lo que tuvo que durar porque una cuarentena les separó. De nada servía la intención de quedar porque las excusas para no hacerlo eran de gran calado. Hoy no se puede quedar y mañana menos, la conexión me falla, así que…todo iba a ralentí. Pues va a ser verdad que esto de las relaciones es complicado, o no?
Besos y abrazos a las recién parejas, que están separadas físicamente. Al resto del mundo, también más abrazos y besos.