Mi abuelo siempre fue alguien especial para mí. Lo recuerdo con su boina, su cacha y esos grandes ojos azules, con la sonrisa puesta en la cara. Mi abuelo era lo más. De hecho, es una de las primeras personas de las que tengo constancia querer, eso que no se sabe describir ni poner nombre pero era inmenso. Si me lo encontraba por la calle, le daba un beso, algo raro en mí, jugaba al dominó con él o lo acompañaba al hogar del pensionista, a la tierra, era mi abuelo, no hacía falta más.
También recuerdo las visitas al hospital, cómo se asomaba desde la ventana para verme. En aquella época no nos dejaban subir a las habitaciones, algo que nunca entendía porque era mi abuelo del alma. Tampoco entendí cómo el día que murió me mandaron a hacer los recados, tal vez, supusieron que no me importaría, que alguien lo tenía que hacer y que mi dolor no era tanto….qué equivocados estaban.
De esos días, recuerdo llorar a mi padre, reunirnos toda la familia y de cerrarme en mí por cosas que no le dije o hice. No sé porqué me acuerdo de esto hoy, tal vez porque dormí en su cama o tal vez porque necesitaba hablar de él.
Los que puedan que disfruten de sus abuelos, que los quieran, que aprendan de ellos, que ríen y lloren con sus ocurrencias. Es un vínculo muy enérgico, al menos en mi caso. Todavía me queda mi abuela, ella se merecerá otra entrada.
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No me deja ver nada
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Es un vídeo
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Gracias por compartir Rubia. Los abuelos con su sempiterna boina y su pensamiento de vuelta de todo. Ponen todo el cariño y el tiempo a disposición de sus nietos. Un beso.
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Es una gozada. Ya no soy una niña pero se añoran esos tiempos.
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Yo escribo o hago como que escribo gracias a mi abuela. Y mi abuelo materno tambien tenía los ojos azules. ¡Has dicho tanto con tan pocas palabras!!!!!!!!
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Estos abuelos han sido, son y serán la caña. Un abrazo
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Conexión total rubia.
No pasa un día sin que deje de recordar al bellezón de mi abuela.
Era maravillosa
Abrazo de luz🌞
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Me alegra ver que no soy la única.Besossss
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Me has hecho emocionar 😢 Yo también tenía un vínculo especial con mi abuelo y con mi abuela (a la que dediqué una entrada. Te la compartiría pero está en catalán, mi lengua materna). Muy bonita entrads. Un abrazo, Rubia!
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Yo sólo he conocido a los paternos y mi vida siempre ha estado alrededor de ellos. Cuando falte mi abuela no sé que va a ser de mí. Abrazos
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Los que me faltan son los paternos también. Tengo la suerte de tener vivos los de mi madre… pero desgraciadamente, mi abuela tiene alzheimer y mi abuelo está ciego, sordo y no puede caminar… verlos así me parte el alma 😢 Sé que es ley de vida pero… no sé, es muy duro verlos tan desvalidos…
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Pues sí, totalmente dependientes en este mundo de «Jóvenes, velocidad y capacidades». Un abrazo y a disfrutar de ellos
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Que hermosa entrada mi rubia, yo no tuve familia y la verdad que no me habría importado tener de 4 al menos un abuelo o algo tiene que ser una sensación preciosa, besos mi chica !!!
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Lo es, sin duda.Un beso Silvia
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:-*
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Qué tierna entrada llena de cariño y emoción, me ha hecho recordar a mi abuelo del alma también. ¡Gracias por recordar a personas tan bellas que nos dieron y siguen dando tanto AMOR como son los abuelos!💝
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Tenemos que darles su lugar,a veces,se nos olvida
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Te entiendo, no sabes cómo te entiendo, para mí mis abuelos eran muy especiales, tenía una relación genial con los dos, con mi abuelo de salamanca Abu y mi abuelo de Madrid Elu. Y sabes, ahora que tengo sobrinos llaman a mi madre Abu, y es genial, pero no puedo evitar acordarme de él y ponerme un poco triste. En fin, así es la vida.
Besos
Fer
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Que sentimientos más profundos tenemos hacia ellos.Y supongo que el cariño fue mutuo.Un abrazo
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Bonita entrada Rubia, tenemos que disfrutarlos mucho, porque todo lo que no aprovechemos lo lamentaremos… besos!!
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Eso es verdad. Un abrazo
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Psssssssssssss, Rubia, me has hecho llorar.
Leyéndote me acordé de ese pacto de Sangre de Benedetti:
«Ahora tengo ganas de irme, llevándome todo ese mundo que tengo en mi cabeza y los diez o doce cuentos que ya tenía preparados para Octavio, mi nieto. No voy a suicidarme (¿con qué?), pero no hay nada más seguro que querer morir. Eso siempre lo supe. Uno muere cuando realmente quiere morir. Será mañana o pasado. No mucho más. Nadie lo sabrá. Ni el médico (¿acaso se dio cuenta alguna vez de que yo podía hablar?) ni el enfermero ni Teresita ni Aldo. Sólo se darán cuenta cuando falten cinco minutos. A lo mejor Teresita dice entonces papá, pero ya será tarde. Y yo en cambio no diré chau, apenas adiosito con la última mirada. No diré ni chau, para que alguna vez se entere Octavio, mi nieto, de que ni siquiera en ese instante peliagudo violé nuestro pacto de sangre. Y me iré con mis cuentos a otra parte. O a ninguna.»
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Ay!!!! Cuántos recuerdos,pero tenemos que quedarnos con lo bueno a pesar de la nostalgia.Todavia lo veo sentado en su silla viendo «el parte».Un abrazo
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