Empiezan las comidas y cenas de navidad. En ellas, reflejamos nuestra felicidad, hablamos de lo bien que ha ido el año y de lo que vamos a hacer próximamente. Hablamos de nuestros compañeros y amigos, les halagamos y les criticamos. Para todo esto, decidimos ponernos lo más guapos y guapas. Y sí, de paso, comemos y bebemos.
A partir de hoy, como nos encontremos con un amigo del pasado y queramos ir a comer o cenar, lo vamos a tener complicado. O hacemos una fiesta del traje, (yo traje jamón y vino, yo traje queso y paté….), o decidimos hacer un ayuno y sólo beber, un poquito, para que nuestra garganta no se resienta de tanto a hablar.
Estos días grupos de gente inundan las calles, para celebrar…..no sé que. Muchas de ellas no suelen salir de noche y esa cena les da pie a disfrutar de la luna, las estrellas, las risas y en algunas ocasiones de compañía extra.
Este año yo no tengo mi comida/cena de empresa, pero no la echo de menos. Sin querer, tengo excusa para no ir, porque no me gustan demasiado. Va asociado a navidades, espíritu navideño y yo cero, patatero.
Para los y las que tengáis esta celebración, pasarlo muy bien. Comer y beber lo justo, que se aproximan fechas donde nuestras vidas giran alrededor de la comida y la bebida.
Las cenas y comidas de empresa… Esos acontecimientos en los que compartes mesa con la gente a la que odias y criticas a diario… Soberana estupidez.
Me gustaMe gusta
Totalmente de acuerdo
Me gustaMe gusta